domingo, 9 de diciembre de 2012

Santillana del Mar




Santillana del Mar es un municipio y una villa de la comunidad autónoma de Cantabria (España). Se encuentra en la costa occidental de Cantabria, comarca de la que es su extremo este. Se la conoce popularmente con el sobrenombre de villa de las tres mentiras, puesto que ni es santa, ni llana, ni tiene mar (aunque el municipio sí lo tiene).

La villa fue declarada conjunto histórico-artístico en 1889. En sus inmediaciones se encuentra la cueva de Altamira, protegida como Patrimonio de la Humanidad.

Actualmente cuenta con unos cuatro mil habitantes, recibiendo el gentilicio de santillano/a o santajulianense.







Historia

Prehistoria


El municipio estuvo habitado desde la prehistoria, apareciendo en él varios vestigios arqueológicos. De entre todos ellos destaca la cueva de Altamira, descubierta por Marcelino Sanz de Sautuola en 1879 y catalogada como Patrimonio de la Humanidad. Es llamada la Capilla Sixtina del arte cuaternario, o del arte paleolítico

Edad Antigua 


No se conoce ninguna población antigua en Santillana, aunque sí se han encontrado evidencias cerámicas en la zona de Vispieres y lápidas sepulcrales en Herrán, todo ello de época romana, por lo que se ha deducido la existencia de alguna población romana cerca del actual núcleo de la villa, aunque no se han encontrado otros restos arqueológicos que llenen el vacío de los siglos V al VIII. 

Edad Media

Esta villa tiene su origen en la Alta Edad Media, alrededor de la abadía de Santa Juliana La fecha de fundación del monasterio no se conoce. Legendariamente se atribuye a unos monjes del siglo VIII o IX el que se llevaran las reliquias de Santa Juliana de Bitinia, martirizada en Turquía, a este lugar. Actualmente se asocia la fundación del monasterio con la corriente repobladora impulsada por los sucesores de Alfonso I. A partir del año 980 el monasterio estaba consolidado, gracias a las continuas donaciones de los fieles y a ser lugar de paso de un ramal del Camino de Santiago. Fue estableciendo un dominio territorial y jurisdiccional, especialmente en la zona conocida como Merindad de las Asturias de Santillana, de la que casi con toda seguridad era capital. Dicha merindad era una de las 13 que entonces formaban el reino de Castilla. Un documento de entonces dice de la villa que:

En 1045 Fernando I le otorgó un fuero, por lo que la abadía pasó probablemente a ser colegiata. Desde entonces recibió sucesivos privilegios y donaciones de los reyes de Castilla. A partir de 1175 se configura una organización con abad y cabildo. Gracias al apoyo de la nobleza, consiguió convertirse en la abadía más importante de la Cantabria medieval. En 1209 Alfonso VIII le concedió un nuevo fuero, dándole estatuto de villa a la localidad. El monasterio ya era colegiata, hecho presumiblemente comprobable en la documentación posterior a 1107, con lo que Santillana que pasó a ser la capital de las Asturias de Santillana, siendo el abad su señor.

Durante el siglo XIII la abadía de Santa Juliana decayó al convertirse en dependiente de la diócesis de Burgos, pero comenzó el desarrollo urbano de la villa, organizado en torno a la Plaza Mayor o del Mercado (hoy plaza de Ramón Pelayo) y la Torre del Merino. Como expresión del poder civil, durante los siglos XIV y XV se construyeron algunos de los mayores palacios y torres de la villa. En 1445 el rey Juan II dio el señorío de la villa al primer Marqués de Santillana y a sus sucesores, los Duques del Infantado (miembros de la familia de Mendoza), creándose así el Marquesado de Santillana. La pérdida de la condición de realengo supuso dejar de ser capital de corregimiento, iniciándose la decadencia de la villa.
Edad Moderna

Durante la Edad Moderna las Asturias de Santillana quedan integradas en la jurisdicción del Corregimiento de las Cuatro Villas, ámbito liderado entonces por Laredo. En 1509 el abad reconoció al III marqués de Santillana, pero sólo tras violentos enfrentamientos militares, en un intento por recuperar el poder religioso sobre la villa. El desarrollo urbano y económico de la villa se estanca durante el siglo XVI al no participar Santillana en el Pleito de los Valles, importante en la historia de las instituciones que dieron lugar a Cantabria. A causa de ello Santillana quedó administrativamente marginada; no obstante, volvió a resurgir en el XVII gracias a la riqueza ligada a su participación en la expansión española en Europa y América.

A finales del XVI y durante el XVII se construyeron la mayoría de las casas que se conservan hoy en día en Santillana del Mar, configurándose su núcleo tal y como existe hoy en día. Casi todas ellas siguen la misma tipología, con dos plantas, un espacio abierto delantero y uno trasero más grande dedicado originalmente a corral, solanas o balcones de forja o de madera, y blasones nobiliares, abundantes en la villa. Santillana es por tanto esencialmente barroca, aunque su proceso de urbanización sigue siendo desconocido.

Fuera del casco quedaban los complejos edificatorios de las órdenes religiosas edificadas entonces. Éstos fueron el convento de Regina Coeli de los dominicos, el de San Ildefonso de las dominicas, la Hospedería de Peregrinos y Transeúntes, el Hospital de la Misericordia y el Hospital de San Lázaro de Mortera. A finales del siglo XVII la colegiata de Santa Juliana compitió con la de los Cuerpos Santos (en Santander) por obtener la titularidad catedralicia.
Edad Contemporánea

A comienzos del siglo XIX Santillana, como otros pueblos del norte de España, se enorgullecía de estar llena de linajes hidalgos, aunque como reza el tópico, sus apellidos no suponían riqueza intrínseca. Al ser mayoría, se supone que existía una tolerancia hacia el trabajo, a pesar de que los nobles tenían prohibido trabajar con las manos, por lo que si no lo hacían se veían obligados a emigrar o a vivir en la pobreza. Fueron estos hidalgos los que coparon los puestos administrativos y la representación de la villa en organismos superiores. También eran quienes poseían las tierras, teniendo la mayoría de los campesinos que arrendarlas o trabajar para ellos.

En 1833 se constituyó el ayuntamiento de Santillana, que también tuvo partido judicial propio hasta 1840, fecha en que parte pasó al partido de Torrelavega y otra parte al de San Vicente de la Barquera. A pesar de la decadencia de Santillana comenzó a generarse un turismo selectivo debido a que diversos políticos, escritores y viajeros leídos escribieron en aquella época sobre la villa.

En 1879 se descubrió la cueva de Altamira, una de las joyas del arte rupestre a nivel mundial. El descubrimiento de la cueva atrajo a un gran número de estudiosos e intelectuales, quienes crearon en Santillana una serie de asociaciones artísticas y de vanguardia, de las cuales la más importante fue la Escuela de Altamira, fundada en 1948, que participó en la recuperación de las vanguardias artísticas en España y donde se dieron cita personajes de la talla de Rosales, Vivanco, Ángel Ferrant, Llorente Artigas y Lafuente Ferrari.

A partir de 1849, a causa una epidemia de cólera en el País Vasco, el turismo aristocrático español arraigó con fuerza en la antigua provincia de Santander. Fue entonces cuando Santillana del Mar pasó a ser un destino de moda. El pensamiento romántico y el deseo de conservar la villa hicieron que en 1889 fuera declarada en su conjunto monumento histórico-artístico. En 1927, a instancias del conde de Güell, comenzaron las primeras restauraciones.

La Villa.

El casco histórico de Santillana del Mar, que es casi lo mismo que decir toda ella, se organiza en torno a dos calles principales que van a parar a sendas plazas. La primera de las calles toma diversos nombres (Carrera, Cantón, y del Río) y va a dar a la plaza religiosa, primer centro de la villa, que da acceso a la colegiata. Ésta se divide a su vez en dos: enfrente a la colegiata la plaza del Abad Francisco Navarro, y en su lado este la plaza de las Arenas. Cuando Santillana obtuvo la capitalidad de la Merindad de las Asturias de Santillana, hubo un incremento demográfico y la necesidad de un merino. Así se formó una segunda plaza en torno al siglo XIV, llamada inicialmente del mercado por celebrarse allí desde que un fuero de 1209 lo permitiera; a ésta da, entre otras construcciones, la Torre del Merino (hoy museo) y la de Don Borja, que sirve actualmente de ayuntamiento. La calle que atraviesa la localidad hasta ella recibe el nombre de de Juan Infante.

Más allá de este núcleo, separados de él por una carretera autonómica, están el convento de Regina Coeli, el de San Ildefonso y la casona de Sánchez Tagle, además de existir un parque llamado Campo Revolgo y diversas instituciones, como un centro de salud y un colegio. Al oeste de la villa existe una gran finca arbolada bordeada por dicha carretera, que allí toma el nombre de Avenida de Le Dorat en honor a la localidad francesa hermanada con la villa. Al otro lado de la finca está el cámping de Santillana.

PATRIMONIO

Os exponemos varios monumentos ya que Santillana del Mar cuenta con muchos y se haría demasiado extenso el artículo.

Colegiata de Santa Juliana



Palacio de Peredo




Cueva de Altamira




Patrimonio inmueble

La Villa de Santillana del Mar es toda ella Conjunto Histórico Artístico por Decreto de 27 de julio de 1943 (BOE del 3 de agosto). El casco histórico está formado por construcciones homogéneas de piedra, en su mayor parte de los siglos XIV al XVIII. El caserío se desarrollo en torno a una vía, la calle de Santo Domingo, que se bifurca en dos: la calle de Juan Infante, que llega hasta la plaza de Ramón Pelayo, y la que fue llamada rúa del Rey, hoy con diversos nombres para cada tramo: Carrera, Cantón y del Río.

Muchos son los edificios destacados de esta localidad, entre ellos:

Palacio de Velarde




Casa de los Quevedos




Casa de los hombrones o de los Villas




Palacio barreda bracho




Patrimonio mueble

El cartulario o Libro de Regla de la Colegiata de Santa Juliana es bien de interés cultural mueble. Se conserva en las dependencias de la Colegiata de Santa Juliana. Se considera que es del siglo XIII, con añadidos posteriores. Mide 150 x 240 mm y está encuadernado con dos tablillas de madera recubiertas de piel. Contiene copias, completas o fragmentos, de 94 escrituras de los años 870 a 1202, distribuidos en 64 hojas en pergamino. Además, el órgano de la colegiata está declarado en la lista de órganos históricos de Cantabria.

A un lado del ayuntamiento puede observarse la escultura de un toro, obra de Jesús Otero. Otras obras suyas pueden contemplarse en el interior del museo homónimo.
Patrimonio natural

En cuanto al patrimonio natural, cabe destacar el Zoológico de Santillana del Mar, el más antiguo de la región, así como algunos árboles de la localidad. En la Finca El Jardín hay un eucalipto de 35 metros de altura y un ginkgo de 22 metros de altura. En el Parque-plaza La Robleda hay un roble de 16 metros de altura.

Cabe destacar que a pesar de su nombre el municipio posee una estrecha franja costera entre puerto Calderón (Cantabria) y Ubiarco, caracterizada por los acantilados. Un relieve abrupto y una gran extensión natural separan la villa del mar.

Fiestas

Entre sus fiestas están:

Auto sacramental de los reyes magos: Celebrado la noche del 5 de enero desde 1959, fue declarado en 1993 fiesta de interés turístico. Se celebra también un concurso de belenes.

Festival Internacional de Títeres: Celebrado a finales de mayo.

Festival Capa y Espada: Celebrado en el mes de Junio, se trata de una representación callejera de esgrima artístico en diferentes partes de la localidad.

Santa Juliana: Estas fiestas se celebran en torno al 28 de junio en honor a la patrona del municipio, Santa Juliana. Se realizan numerosos actos para todos los públicos como actividades para niños, deportes tradicionales o actividades gastronómicas. El día más importante es el 28 de junio ya que es el día de la patrona. Este día se realiza una procesión, misa y danza en honor a la patrona.

San Roque: En honor del santo se celebran fiestas el 15 y el 16 de agosto, con gran presencia del folclore. Hay pasacalles y romería.

Santillana al Aire: Conjunto de actividades al aire libre celebradas en julio o agosto, como conciertos, teatros, proyecciones cinematográficas, etc.

Festival de Música Infrecuente: Conciertos de música étnica de todo el mundo y de música de época celebrado en septiembre.

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