martes, 1 de enero de 2013

2013: El año de la Serpiente

Antes de nada, ¡Feliz año nuevo a todos nuestros lectores!

En febrero de este año que acaba de comenzar, dará comienzo el año de la Serpiente de Agua según el Horóscopo Chino, será un año donde ocurrirán cosas inesperadas, fruto de planes elaborados y ocultos, a veces seremos nosotros los que trazaremos el plan, y otras veces (la mayoría) estaremos dentro del plan de alguien sin darnos cuenta hasta el último momento.

La Serpiente acostumbra sorprender, traza un plan sin que nadie lo sospeche, comienza a llevarlo a cabo sin que nadie se de cuenta, y de repente consigue lo que se había propuesto, es entonces (al final) cuando la gente a su alrededor se da cuenta de que ha ocurrido algo y empiezan a analizarlo... para cuando terminan la Serpiente ya llevó a cabo otro par de planes secretos y misteriosos, siempre va unos pasos por delante de los demás.





Cuenta la leyenda que cuando Dios creó el Mundo hizo a la serpiente con patas, para que pudiera caminar rápido, usar herramientas, defenderse mejor, atacar a los enemigos... y resulta que se equivocó, porque al de poco tiempo la astuta serpiente ya dominaba todo el mundo y no había quien se opusiese a ella, de tal forma que acabó convirtiéndose en una terrible tirana; muy irritado, Dios llamó a la serpiente, le echó una buena bronca por ser tan mala, y ella contestó que la culpa era suya por haberla hecho tan inteligente... Muy a su pesar, Dios tuvo que reconocer que la serpiente tenía razón, y para arreglarlo le quitó las patas y la condenó a tener que arrastrarse lentamente por el suelo durante toda la eternidad.

viernes, 28 de diciembre de 2012

Se pega un tiro para quitarse una verruga

Lo de la posesión de armas en Estados Unidos hace tiempo que cruzó la línea que separa la sensatez de la locura. No voy a frivolizar con un suceso tan lamentable como la reciente matanza de Connecticut, sino que voy a contar una historia absurda (y muy real) para reflexionar sobre la descabellada Segunda Enmienda a la Constitución estadounidense que, de un modo resumido, recoge el derecho de los ciudadanos a poseer armas, a pesar de que la nación es la encargada de velar por la seguridad de su pueblo.