martes, 27 de noviembre de 2012

El ojo salvaje


          
Desde 1965, la BBC y el Museo de Historia Natural de Londres se unen para premiar las mejores fotografías de naturaleza en el Veolia Environnement Wildlife Photographer (Premios Veolia al Fotógrafo de Vida Salvaje y Naturaleza). Pese a que a menudo son los profesionales quienes logran los galardones en las diferentes categorías (historia, especies en peligro de extinción, comportamiento y animales submarinos, entre otras), también los aficionados consiguen alzarse con algún premio.
En general, uno de los aspectos más valorados por el jurado internacional es la historia detrás de la imagen. Es, por ejemplo, el caso de la instantánea del zorro volador australiano, mención de honor en la categoría de animales en peligro de extinción. Su autor, Ofer Levy, tuvo que pasar tres horas diarias durante una semana con el agua hasta la barbilla bajo un sol de justicia para conseguirla. O el del español Cristóbal Serrano, finalista en la categoría de comportamiento de aves, quien durante dos días se sumergió en el mar de Cortez, a 20 metros de profundidad, hasta conseguir que el cormorán, la luz y el cardumen se alinearan del modo que él pretendía.
Pero quizá la más sorprendente es la de Paul Hilton. Este fotógrafo británico siguió el comercio de aletas de tiburón desde los pescadores hasta los restaurantes que las sirven como delicia gastronómica en China. Los comensales desconocen que cada año se matan 73 millones de tiburones para que sus apéndices lleguen a su mesa; con un sabor bastante metálico, ya que muchas de las aletas están contaminadas con mercurio


Fuente: Quo

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