"El exterminio de la raza humana por este medio es muy improbable", sentencia Luis Enjuanes, uno de los mejores virólogos españoles, que investiga en el Centro Nacional de Biotecnología, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Para empezar, la humanidad tiene un fondo genético muy variado que condiciona la acción del virus: siempre habrá supervivientes. "La respuesta oscilaría entre la resistencia absoluta y la susceptibilidad total". Por otra parte, lo más estúpido que puede hacer un virus es matar, ya que así elimina al transmisor que hace posible su propagación.
Ejemplo de un virus inteligente es el VIH, que produce el síndrome de la inmunodeficiencia adquirida, una enfermedad muy lenta, ya que tarda en aparecer diez o doce años sin acabar con el individuo -el cual puede seguir contagiando a los demás, sin saber que está infectado-. En el otro extremo está el ébola, que tiene una mortalidad muy alta y, en palabras de Enjuanes, es un virus torpe, al matar tan rápidamente.
Sin embargo, si fuera posible que una enfermedad arrasara con los 7.000 millones de personas que habitamos el planeta, "ya nos habríamos muerto", asegura este experto. Para que un microorganismo invasor sea extremadamente peligroso, tiene que ser muy virulento, contagiarse de persona a persona y por el aire. En la famosa pandemia de gripe de 1918, la peor de la historia de la humanidad, murieron treinta o cuarenta millones de personas, lo que supuso el 1,8% de la población. Eso significa que más del 98% sobrevivió.
En opinión de Enjuanes, el candidato más peligroso y letal en la actualidad es el virus H5N1, el de la gripe aviar. Tiene una mortalidad del 60% en aves y pollos. Y hubo unos setecientos casos de contagio en humanos por contacto directo, de los que murieron la mitad. Pero, por suerte, el H5N1 no se transmite de persona a persona, ni por el aire.
Fuente: Muy interesante
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